martes, 28 de julio de 2009

MAYA CU CHOC


El canto


Amé a un hombre tierno

y él me amó

vaya privilegio

vivirlo

de recuerdo

tengo su ternura guardada

en una gaveta

y su voz en una caja




sólo uno

me hizo el amor

tan sólo

una vez

y ha perdurado




tanto

que ahora

un halcón

me presta sus alas

me convierte en princesa



me dejo sitiar

por el miedo




dejo pendiente

escapar del estigma de ser mujer




Estoy en la cima

ésa que te da miedo



mi piel

estirada

abre mis poros

éstos

se agitan

entre las manos

suaves

del desconocido


siento
dentro mío ha

empezado

una revolución

llena de su paz


mis adiposidades

felices

danzan

a su ritmo


hay

peligro en mis ojos

y en el fuego

de mis manos



podría nacer

la muerte

de mi vientre vacío

podría morir

la vida

de mi carne desolada



Nació

a los treinta años

descubrió

sus otras

magnitudes



podía crecer

en tantos grados

en tantas vías



encendió

una llama

dentro de su cuerpo



albergó

fantasías y derrumbes




dejó

de palpar ausencia

se llenó

con la certeza

de una presencia

lejana




vivió


creció



Vos te emborrachás con alcohol

yo no puedo




a mí

me embriagan las palabras

y la borrachera

se me sale

por los ojos

como hoy

viernes a medio atardecer




como ayer

que se me derramó

en papelesy en cariños



Tríptico del retorno







La pérdida…



te escribí desde aquella cama

aquella noche
y te perdí

en el estanque

varado

en el centro

de la memoria


me escribiste

un anónimo

te despojaste de mi nombre


me escondiste

te alejé




El reencuentro…


Él

me cobija

bajo su palabra


me lee

desde lo etéreo


se descalza

se desnuda

para mí



El paso…

Ahora

frente a vos

mis dedos caen en la urgencia

de espulgarte

quitan la cáscara

matan el miedo

caminan





A lo alto

de estos

seis lustros


veo

que he acumulado

una serie de

admiradores

con bonito

pensamiento

afilada lengua

miradas obscenas

por demás

olvidadizos





acumulé

también

envidias

rencores femeninos


dentro de todo

es rescatable apenas

este espacio

proveedor

y su gente


más la lista

de amigas



más un amor

tu voz

y tu presencia eterna




Todas las noches

veo a esos perros

haciéndolo en público


ella tan libre

el tan tierno

y recuerdo

que estás a

cientos de vuelos

de mi boca.

LITERATURA MAYA; Humberto Ak`abal

SOLO QUIERO


Yo solo quiero
un poco de atardecer
para platicar con ella,

escondidos detrás de algún árbol
decirle que ya no aguanto más,
que se venga a vivir conmigo


que tengo ganas de echarle una semilla.




Hormigas

Y las hormigas
siempre apuradas
acarreando víveres
van y vienen en hileras,
cada una cargando su tanatío.
Los Ch'iw

Negros, amarillos, xepxun;
pasean por los xorales
cargados de chilcas.

wit wit wit
pik'ok pik'ok pik'ok
Comen pozol
comen maíz

Crecen
y se vuelven gallinas.

Literatura Guatemalteca

PENSAMIENTO DESPUES DEL CINE

Con violetas de los cinematógrafos en las ojeras
y nostalgia de estanque en los ojos,
de estanque con lotos,
definitivamente en el amor naufragas,
isla flotante de pluma y nardo
en un mar de cabezas desoladas
y de huraños deseos.

Haces pensar nómade y frágil en mis manos y tan remota
en los caballos de las películas
que corren, que corren, que corren
miles de miles de millas de celuloide
para salvarte,
para salvarte del rapto de los bandoleros
que te llevan en el pavés de sus deseos,
y entregarte al fin incólume
como el sueño de una niña de cristal y malva
al héroe impecable de las películas.

Haces pensar en los peligros erizados de montañas,
de montañas de cartón que en las películas
sorprenden con minas de secretos y bandidos galantes,
aptos para el aplauso en flor de la galería.
Haces pensar en los incendios de bosques,
que se apagan en un beso de salvamento,
y en los raudales en que se precipita
la fuga de una barca perseguida
que a los pies del milagro se detiene,
y en las carreras de aeroplanos
que hincan certeras flechas de aluminio
en el corazón espeluznante del vacío,
y en las locomotoras que pasan
sobre las cabezas encogidas de los espectadores
laminando un grito de ficticias muertes.

Te desvaneces en un suspiro
y en un relámpago te amplías,
te amplías desmesuradamente como la muerte.
El brazo, para ceñirte, circunvala el mundo.
La luz, para recrearte,
se tortura en los obturadores burlando vigilancias
de directores siniestramente irreales.
­Marchas a mi lado y no te siento,
marchas a mi lado y no te siento,
urdida mentira de los cinematógrafos,
viviente sólo a clareadas de luz y azogue:
en el deseo florecido,
Y en la instantánea retina del recuerdo.